Fernando Matas Pérez ha sido este año el encargado de estrenar las Fiestas de Los Urrutias 2017 con un pregón cargado de recuerdos, emotividad y muy buen ritmo narrativo en la terraza del local social, donde resaltó en diversas ocasiones el carácter familiar de esta población costera y donde narró su trayectoria en la misma en clave militar, desde que fue ‘reclutado’ en la niñez, cuando ‘juró bandera’ con una pandilla y demás etapas, hasta que paso ‘a la reserva’, estabilizando su hogar en Los Urrutias, donde presidió la asociación vecinal entre 1998 y 2002, luchando por mejorar las calles, el servicio de bus… El preludio del pregón lo protagonizaron las tres hijas de Fernando Matas (“el mejor padre del mundo con mil hazañas que contar y el más divertido”), quien en todo momento mostró una gran entereza respecto a la grave enfermedad que padece, “el toro nos ha empitonado al Mar Menor y a mí”, expresó, “con una trayectoria la tienen que curar técnicos y biólogos, y otra que corresponde a los oncólogos. En ambos casos la solución es la misma. A mí me dicen que sea optimista, y en eso estoy, y eso es lo que necesita Los Urrutias, hay que ser optimistas y felices, pero no catastrofistas; hay que cambiar los buenos días y las buenas tardes por abrazos”. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)

Fernando Matas recordó que el paseo marítimo sigue esperando, pero recalcando siempre los privilegios que tiene la población urrutiense, “es el mejor pueblo de veraneo familiar que existe en la Región de Murcia”. Merece la pena escuchar íntegro su pregón en el vídeo adjunto.

La apertura de los festejos, declarada por el presidente de la asociación vecinal, Severo Sánchez, tras el pregón, contó con la presencia de María José Soler, concejala del equipo de gobierno, junto a su compañero de Movimiento Ciudadano, Enrique Pérez Abellán, y de Manuel Padín, edil de Ciudadanos. Por cierto, resultó simpático ver a los dos concejales protagonizar un baile bajo el sonido de la música de Dúo Minerva en un velada muy especial, a la que también acompañó una magnífica temperatura.